jueves, 21 de octubre de 2010

Quiero volver a ser feliz






Fui criada con principios morales comunes.

Cuando niña, los ladrones tenían la apariencia de ladrones y nuestra única preocupación en relación a la seguridad era que los “acomodadores” de los cines nos expulsasen debido a los golpes en el suelo hechos con los pies cuando una determinada música era tocada al inicio de los filmes, en las matinée del domingo.







Madres, padres, profesores, abuelos, tíos, vecinos eran autoridades dignas de respeto

y consideración.

Cuanto más próximos, y / o más viejos, más afecto

Inimaginable responder maleducadamente a policías, maestros, a los más ancianos, autoridades.



Confiábamos en los adultos porque todos eran padres y madres de todos los chicos de la cuadra, del barrio, de la ciudad.

Teníamos miedo apenas de lo oscuro, de los sapos, de filmes de terror.

Hoy me dio una tristeza infinita por todo lo que perdimos.

Por todo lo que mis nietos un día temerán.

Por el miedo en la mirada de los niños, jóvenes, viejos y adultos.



Matar los padres, los abuelos, violentar niños, secuestrar, robar, engañar, poner la traba, todo viro en banalidad de noticias policiales, olvidadas después del primer intervalo comercial.

Agentes de tránsito multando infractores son exploradores, funcionarios de industrias de multas.

Policías en persecución es abuso de autoridad

Regalías en presidios son materia votada en reuniones.

Derechos humanos para criminales, deberes ilimitados para ciudadanos honestos.

Pagar deudas al día es ser tonto, amnistía para los estafadores.

No tomar ventaja es ser otario.

Ladrones de traje y corbata, asesinos con cara de ángel, pedofilos de cabellos blancos.



¿Qué paso con nosotros?



Profesores maltratados en las aulas, comerciantes amenazados por traficantes, rejas en nuestras ventanas y puertas.



¡Niños muriendo de hambre!



¿Que valores son esos?

Autos que valen más que abrazos,

hijos queriéndolos, como regalo por pasar de año.

Celulares en las mochilas de los recién salidos de los pañales.

TV, DVD, vídeogames...

¿Qué vas a querer a cambio de un abrazo, mi hijo?

Más vale un Armani que un diploma.

Más vale una pantalla gigante que una conversación

Más vale un maquillaje que un helado.

Más vale dos centavos que un gusto.



¿Qué hogares son esos?



Jóvenes ausentes, padres ausentes.

Droga presente.



¿Qué es aquello?

¿Un árbol, una gallina, una estrella, o una flor?

¿Cuándo fue que todo desapareció o se hizo ridículo?

¿Cuándo fue que olvide el nombre de mi vecino?

¿Cuándo fue que mire a los ojos de quién me pide ropa, comida,
calzado sin sentir miedo?

¿Cuando fue que me cerré?

Quiero de vuelta mi dignidad, mi paz.

Quiero de vuelta la ley y el orden.

¡Quiero libertad con seguridad!





¡Quiero sacar las rejas de mi ventana para tocar las flores!



Quiero sentarme en la vereda y tener la puerta abierta en las noches de verano.



Quiero la honestidad como motivo de orgullo.

Quiero la vergüenza, y la solidaridad.

Quiero la rectitud de carácter, la cara limpia y la mirada a los ojos.

Quiero la esperanza, la alegría.

Techo para todos, comida en la mesa, salud a mil.

Quiero callarle a boca a quien dice: “ a nivel de”, al hablar de una persona.

Abajo el “TENER”, viva el “SER”!

Y viva el retorno de la verdadera vida,
simple como una gota de lluvia, limpia
como un cielo de abril, leve como la brisa
de la mañana!

Y definitivamente común, como yo.

Adoro mi mundo simple y común.

Vamos a volver a ser “gente”?

Discordar de lo absurdo.

Tener el amor, la solidariedad, la fraternidad como base.

La indignación delante de la falta de ética, de moral, de respeto...

Construir siempre un mundo mejor, más justo, más humano, donde las personas respeten a las personas.





¿Utopía? No...

...si?

¿Quién sabe?...



...si Ud. Y yo hiciéramos nuestra parte y contamináramos más personas, y esas personas contaminaran más personas..



¡Comience pasando este mensaje!



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miércoles, 13 de octubre de 2010

¿Cómo apaciguar las discusiones interminables con tu pareja?




En una pareja, somos dos sujetos con realidades e historias diferentes, intentando construir un vínculo único, respetando nuestras diferencias. Muy fácil en teoría, pero sabemos que es muy difícil en la práctica! Por eso pensamos este artículo especialmente para ti…

¿Por qué la persona que había sido poseedor de tus mejores elogios ahora es tu mejor aliado para discutir?


“Tú me dices…

yo te digo…

Y así empieza nuestra guerra cotidiana,

yo me armo de adjetivos,

tú conjugas el peor de mis pasados.

Y te apunto

Donde duele

Y te acuerdo el peor de

tus pecados

Tú reviras la ofensiva

Y disparas donde sabes que haces daño…

Y así acaba nuestra guerra cotidiana

Esta guerra sin cuartel que nadie gana”

Ricardo Arjona – “Porque hablamos”


Son múltiples las posibles causas de las interminables y cotidianas discusiones con tu pareja, por eso queremos darte algunos consejos. Esto ayudará a cambiar tu estado de ánimo, y el de tu pareja, ¡quizás éste sea un buen momento de intentar el cambio!


* ¿Tus discusiones son cada vez más dolorosas para ti?

Si sientes esto en tu pareja, estás atravesando lo que se denomina la escalada simétrica.
Esto sucede cuando las discusiones se hacen cada vez mayores y más dolorosas, aunque se hayan desencadenado por pequeñas situaciones cotidianas.
Lo más interesante es que generalmente ambos están de acuerdo en la problemática central; pero tienen diferentes teorías sobre las causas del problema, quizás las dos verídicas, quizás no… pero cada uno verá el conflicto desde su óptica, incompatible con la de su pareja.
Por eso, debes tener en cuenta que tu pareja es un sistema, retroalimentado; que funciona en forma circular, nunca lineal; por ende, no intentes encontrar el punto de inicio ni de fin a tus discusiones!

* ¿Es preferible no hablar para evitar las discusiones?

Es importante que sepas que siempre estás comunicando, aunque decidas no hablar. Con tu mirada, tus gestos, tus movimientos; estás comunicando, a pesar de no hacerlo verbalmente.
Comunicarte, de la manera que elijas, te permitirá abrirte al vínculo con tu pareja, intentando darle a conocer tu mundo, para conocer el suyo… Pero ten cuidado si decides no hablar, porque das lugar a la libre interpretación de tu pareja acerca de lo que sientes…

* ¿Está mal que discuta con mi pareja?

No es malo discutir, hay parejas que nunca lo hacen; y eso tampoco es bueno.
El diálogo y el intercambio de ideas son muy beneficiosos en una pareja. Cuando discutes, reconoces en el otro un interlocutor válido, demostrando que él es importante para ti.
Pero cuando las discusiones son cotidianas, se vuelven desgastantes; y repercuten en tu parej a negativamente, presta atención!

* Te damos algunos consejos útiles:

- Expresa tus sentimientos, negativos y positivos, pero elige aquellos que creas necesarios compartir con él. De lo contrario, busca a otra persona para expresar lo que sientes, tendrás otra visión sobre el tema y evitarás el desgaste de tu pareja…

- Si eres impulsiva, piensa varias veces antes de hablar, evitando decir cosas de las que luego puedas arrepentirte.

- Evita los supuestos, intenta hablar y pedir explicaciones cuando lo creas necesario. A pesar de que lo conozcas mucho, no intentes pensar como el piensa, simplemente pídele que te explique lo que siente… no preveas sus actitudes.

- Es necesario que intentes prestar atención y mostrar interés por lo que dice tu pareja, esto fortalecerá el vínculo.

- “Deberías hacer…”, “Deberías ser…” no son frases recomendables. Intenta llegar a un consenso, con tus aspiraciones y las de tu pareja; deben aprender a aceptarse, sin la intención de cambiar la esencia de ninguno de los dos.

- Establece un pacto de no agresión con tu pareja, y propónganse no romperlo.

- No evadas el conflicto, esto agrandará el problema en el futuro.

- Procura ser respetuosa, y que el actúe de la misma manera.

- Evita dramatizar las situaciones que no lo ameriten.

- Las ironías no son buenas estrategias, entorpecerán la comunicación.

- Intenta que tus discusiones sean en buenos términos; el mal humor, el llanto, y los gritos empeorarán la situación.

- Intenta buscar espacios de intimidad con tu pareja.

Pregúntate a ti misma: ¿Qué hago yo para cambiar?... ¿Por qué actúo de esa manera?
Muchas veces hay cierta ambivalencia, entre querer y cambiar y no querer hacerlo.
Debes tener en cuenta que las discusiones con tu pareja ocasionalmente pueden ser enriquecedoras para el vínculo, pero también pueden esconder problemas mayores

¡Presta atención a lo que sientes!


“Afortunadamente, no respetamos la geometría. Somos iguales, pero no somos semejantes”

Valeriu Butulescu

Toma en cuenta estos consejos, te ayudarán a sentirte mejor contigo misma y con tu pareja.

¡Inténtalo!



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martes, 12 de octubre de 2010

Cosas que la mujer amante debiera saber




Se dice muy comúnmente que en cuanto a problemas de pareja, la peor parte siempre se la suele llevar la mujer.

Hoy día las infidelidades son tan recurrentes que parecen haberse convertido en el pan nuestro de cada día. Cada una de las dos partes tienen sus propias razones, por un lado está la esposa a quien le sobran razones para continuar en un matrimonio, y por la otra está la amante a quien le sobran razones para no dejar esa relación en la que sólo está ocupando un segundo lugar en la vida del hombre, luego está el hombre que lo único que hace es gozar de las dos mujeres que le aceptan lo que diga, lo que quiera y cuando lo quiera.

Siempre se darán opiniones y hasta excusas y todas a cuales más aceptables; dependiendo de nuestro punto de vista, ponemos muchas veces de excusa al corazón, aduciendo que en el ninguno manda y que no se le puede “ordenar” que ame o deje de amar a alguien sin importar el estatus de la otra persona.

Por lo general, la mujer amante nunca gozará de su compañía en fechas especiales, ni siquiera en fines de semana. Sin embargo, muchas veces las amantes cuentan con lujo de detalles que “él siempre está presente y que llevan una relación muy bonita”. Valdría la pena que éstas se preguntasen qué es una relación bonita. ¿Se le podrá llamar una relación bonita a, por ejemplo, no poder planificar algo especial como una cena o ir a un restaurante? Aún si esto fuera posible, seguramente no se sienta tan bonita si él no puede aparecer en público o tiene que cancelar los planes realizados por cuestiones familiares.

El hombre siempre va a tratar de cubrir sus obligaciones prioritarias, y su familia claramente lo será siempre, incluyendo hijos y esposa. Veámoslo del punto de vista “amante” ¿es que sus sentimientos no cuentan? ¿Acaso no todas las mujeres merecemos ser amadas sin tener que escondernos? No existe amor prohibido ni hombre ajeno, porque es bien sabido que nadie es dueño de ninguno, pero sí existen formalidades y principios que se deben mantener presentes.

Por supuesto que mucha gente, hombres y mujeres, creen que ciertas formas de comportarnos en las relaciones afectivas son las correctas, mientras para otras son totalmente equivocadas, hay muchas mujeres amantes que creyendo todas las mentiras del hombre se quedan en esa relación, aunque en ello esté en juego su estabilidad emocional y muchos otros principios morales que de una u otra forma, están presentes.

¿Qué pasa cuando una relación ilícita es descubierta? El ser humano se convierte en el acusador y en el acusado, en juez y abogado defensor, la amante defiende su relación aduciendo que “ese matrimonio ya estaba destruido antes de que ella llegara”, la esposa acusa a la amante de ser la culpable de destruir su familia, el público acusa a las dos, a una por meterse por el medio y a la otra por quedarse aguantando al esposo infiel… y por supuesto está presente el padre amante traicionero, esposo infiel y traidor a sus juramentos.

Cada uno por su lado espera la solución justiciera, al final no hay ganadores, sólo hay ofensas, llanto, dolor, una esposa dolida, una amante abandonada que desperdició los mejores años de su vida, unos hijos que crecerán con la amargura de la traición del padre, y un esposo que perdió toda la confianza de la esposa.

El amor es una forma de expresión del ser humano que no puede o no debe ser limitada por reglas, y convencionalismos, pero no se pueden olvidar nuestros principios, el respeto a nosotras mismas, respeto que estamos violando cuando nos prestamos a una vida de amantes, por demás esta mencionar lo que de antemano se sabe, el sufrimiento que se provoca a terceros por “buscar el amor en la persona equivocada”.
Hay que meditar:

Si nos enamoramos de una persona casada, no sólo nos hacemos daño a nosotras mismas pues hay muchas más personas involucradas en lo que muchas veces le llamamos “nuestra felicidad”.

La felicidad no hay que buscarla en los demás, hay que buscarla en nosotras mismas. No importa cuánto deseemos la felicidad, siempre debemos mantener presente que la moneda tiene dos caras, y todo cuanto provoquemos de dolor y sufrimiento a una esposa e hijos por ponerle atención a un hombre infiel un día cualquiera se nos volverá en contra, y por lo mismo que ahora llora una esposa,Pulsa para ver versión grande algún día lo lloraremos nosotras cuando también seamos engañadas por el mismo infiel.

Tú, mujer amante, no te dejes engañar, no te dejes desvalorizar, mereces salir con tu rostro levantado y con la mejor de tus sonrisas, exhibiéndote con tu hombre y gritándole al mundo entero que eres amada. Tú, mujer amante, vales mucho más que para ser simplemente la segunda, la otra. Mereces mucho más que ser la diversión y entretenimiento de un hombre casado que además tiene una familia a la que no renunciará.

Con el cariño y el respeto de siempre:
Amanecer cautiva del amor.
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¿Esperar fidelidad de un hombre amante?



El valor de un hombre no se ve por la cantidad de mujeres que logra, sino por saber mantener enamorada a la misma durante toda la vida.

Es lógico desconfiar de tu pareja si cuando le conociste él fue amante por estar contigo engañando a su esposa. Él ya tenía dueña y fue infiel por estar contigo, ¿cómo se puede esperar fidelidad de alguien así?

El amor nos vuelve ciegas, ilusas enamoradas que no ven más allá de lo que tienen en frente. A veces las mujeres nos enamoramos de hombres casados, hombres que ya tienen dueña, hombres que ya se comprometieron con otra mujer… y que ahora asegura amarnos a nosotras. Nos aferramos a ese sentimiento de amor que sentimos, lo justificamos, e incluso pretendemos creernos dueñas de él y su corazón. Pero él ya escogió con quien compartir su vida, todo cuanto encuentre fuera de su matrimonio serán mujeres que se considerarán como “las otras”.

Pero no hay porqué ser tan duras con las mujeres amantes, realmente muchas de ellas se enamoran de verdad, también son victimas del proceso, ninguna de las dos mujeres son dueñas al 100% del hombre, pues ambas lo comparten. Te aseguro que la dueña del hombre sabe perfectamente cuando él está con otra, lo nota enseguida en las cosas extrañas, en que se siente más poderoso pues puede tener a dos mujeres a la vez. Eso hace que le suba el ego hasta el cielo, sin darse cuenta de que cada vez cae más bajo ante los ojos de la que es su esposa.
Si eres amante, eres “la otra”

Tú como amante eres “la otra”, esa palabra tan fea pero que bien describe la realidad de que no eres dueña de su vida, ni la madre de sus hijos, ni la persona a la que prometió en público ser fiel, ni la que comparte todas sus miserias y alegrías porque los hombres no se callan sus miedos ante la esposa pero sí ante la amante.La amante es la otra, no pinta nada, su lugar está fuera. Las amantes les creen perfectos, los más atractivos e ideales, desearían ser ellas quienes están casadas con él, que todo sería diferente y mucho mejor para los dos. Pero no es así, no todo es oro como pareciera relucir, no son tan perfectos como los idealizamos desde lo poco que podemos disfrutar junto a ellos en sus ratos de infidelidad. Les aseguro, sin temor a equivocarme, que mucho más del 80% de los hombres son de lo más dependiente que hay, no sabrían qué hacer sin su mujer, se sentirían totalmente desamparados, desprotegidos y desorientados.

El hombre es un animal de caza, siempre estará mirando atento a cualquier hembra que esté disponible. Si eres la amante de un hombre casado no pienses que serás la última, pues es un hombre débil de carácter que se ha dejado llevar en contra de todo cuanto juró, se dejó llevar y acabó en tus brazos aún siendo el hombre de otra. Cuando tenga la oportunidad, aunque en un futuro realmente lograras tenerle para ti, acabará siéndote infiel. Su carácter débil ya lo conoces, no seas ilusa y creas que tú eres la excepción. El hombre, una vez que se acostumbra a engañar, engaña con normalidad, y con más eficacia, pues es experimentado, ¡aprendió contigo! Ahora se sabe aún más trucos y métodos de salirse con lo que la carne le pida.

La mujer es diferente al hombre, pues está dispuesta a dejarlo todo por estar a su lado, la mujer pone todos los sentimientos en la relación, pensando que el amor es lo que todos buscan, pero no. Mientras las mujeres pensamos con el corazón, los hombres piensan con otra cosa que tampoco es la cabeza.

Cuando ambos amantes son casados la cosa se complica mucho más, y la angustia es mucho mayor. Todo se vuelve mucho más complicado por los horarios, el cómo verse, estar en dos lugares a la vez, lograr que no se note la ausencia de ambos, la infidelidad, etc. Los hombres en esta situación lo tienen más fácil, pues no tienen la obligación o el compromiso de cuidar a los niños, preparar la comida, ordenar y limpiar el hogar… con lo que fácilmente pueden acabar pasando mayor parte de su tiempo fuera de casa. Esto les supone mejores y más fáciles excusas, como que se tienen que ir de viaje de negocios, cambiar de aspecto, cuidar más su imagen, ir al gimnasio, y en fin, para estar al 100% en forma para sus mujeres.

Nunca ha sido elegante tener un amante, pero no juzguemos a las mujeres amantes porque como ya les dije, les pasa simplemente que el amor les llegó como menos les debió llegar, y se puso delante de ellas como una nube que no deja ver más allá.

* No le puedes pedir fidelidad a un amante, pues apenas te deja va con su esposa, a ese lugar que para él es su refugio y su seguridad (aunque te diga lo contrario).
* No le puedes exigir a un amante que esté contigo las 24 horas del día, ya tiene su vida repartida.
* No le puedes pedir a un amante que pase una fecha especial contigo, como una Navidad a tu lado, no, él tiene un hogar y estará allí.
* No le puedes pedir a tu amante que te lleve a viajes o a cenar en público; no, porque no es libre, no puede lucirse contigo.
* No le puedes pedir a un amante que no tenga otra amante, tú hiciste lo mismo.
* No le puedes pedir que se quede toda una noche en tu casa o en hotel, él debe llegar a su hogar, tiene un compromiso.

Por estas y más razones, ser la amante es un suplicio.
Conclusiones:

En resumen, si eres la amante de un hombre casado no puedes exigir nada, pues sólo eres eso, la amante, “la otra”. Cualquier día cuando las cosas se compliquen contigo te cambiará por otra. Y aun en el caso soñado de que dejase su matrimonio actual por estar contigo, él seguirá siendo un hombre débil de carácter, que no sabrá rechazar otras oportunidades que tendrá. Le conoces: ha sido infiel para estar contigo, es un hombre infiel, un hombre que no es capaz de controlar sus impulsos y acaba en la cama de otra. Podría sucederte lo mismo.

No caigas en las trampas del hombre casado que dice quererte y amarte, que sólo es feliz contigo y que ojalá sólo te tuviese a ti. No caigas en esos juegos y triángulos amorosos. Respétate a ti misma para que los demás te respeten. No seas simplemente “la otra” de nadie, como mujer vales mucho más que eso y todo ello sólo te degrada y hace ver lo débil que eres.

Con este artículo no se pretende ofender a nadie, sino más bien al contrario, ayudar a las mujeres en esta situación a ponerse en el lugar que les corresponde, en un lugar de honor que va mucho más allá del que puede ocupar una mujer que se rebaja a ser “la otra”. El corazón es el que manda, te puedes enamorar, sí… pero como mujer fuerte y valiosa que eres también puedes rechazar, decir no, buscar algo mejor y hacerte respetar. Hazlo.

Recuerda que para el hombre su mujer es la catedral, todo lo demás son capillas, nada más que eso.

Con amor
Shoshan


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La mujer o la amante, ¿quién sufre más?



La mujer o la amante, ¿quién sufre más? Las estadísticas acerca de la infidelidad son cada día más altas, la realidad es espantosamente triste, no sólo para la esposa que muchas veces ignora el engaño del esposo, sino también para la mujer que se aventura en una relación con un hombre casado.

El sufrimiento no se limita sólo a las esposas y a los hijos legítimos, también afecta de una manera directa a la amante, quien al momento de iniciar una relación, cometió el gran “pecado” de enamorarse o pensar que se enamoró del hombre que con zalamerías supo conquistarla.

Nadie es dueño de nadie, sin embargo, cuando se enfrentan situaciones de infidelidad, hay jerarquías que debemos respetar, es fácil caer en las redes que se van tejiendo con nuestras acciones inconscientes e irresponsables con nosotras mismas. Edificamos un mundo ficticio sobre bases falsas que se pueden derrumbar en cualquier momento, o lo que es peor, que se derrumba después de mucho tiempo, de mucho sufrimiento y lágrimas, porque enamorarse de un hombre casado, puede convertirse para la amante en una auténtica tortura, porque nos guste o no, la otra siempre será la amante proscrita y oculta, mientras tanto, el hombre casado no dejará a su familia, salvo raras excepciones. Aún así, las bases con el hombre infiel, seguirán siendo falsas, porque si ahora le es infiel a su familia, mañana le será infiel a la amante.

Nadie puede decirle a nadie qué hacer, porque es bien sabido que cada cual tiene su propia manera de pensar y de actuar, pero valdría la pena para la mujer amante pensar que ese hombre que habla “tan dulcemente” tiene a una esposa y a unos hijos, una casa que mantiene y una familia a quien le da todo, mientras con la amante lo tiene todo sin que le cueste nada. Toda mujer tiene derecho a ser feliz, pero con alguien que le ofrezca un hogar, que no tenga las horas limitadas para verte, que no tenga los encuentros limitados a un espacio de algún motel o un callejón oscuro, para encuentros en la clandestinidad.

La mujer amante o a punto de ser amante debiera plantearse si vale la pena estar en una relación que se puede convertir en una pesadilla de la que será muy doloroso el despertar. ¿Por qué no sopesar la situación antes de que esta empiece? ¿Por qué no salir de ella, cuando ya se está en la misma? Sabemos que no es fácil, pero cundo se piensa que terceras personas están sufriendo, valdría la pena tener una charla consigo misma y plantearse algunas preguntas.
Preguntas para hacerse, como mujer amante:

1. ¿Soy feliz siendo la amante?
2. ¿Llena mi soledad?
3. ¿Estoy con él por apegos?
4. ¿Estoy desamparada emocionalmente, aun estando con él?
5. ¿Estoy por conveniencia económica?
6. ¿Espero ganar o me dará un estatus en su vida?
7. ¿Estoy con él por inseguridad o cobardía?
8. ¿Es orgullo, o capricho?
9. ¿Miedo o temor de perderlo en forma definitiva?
10. ¿Merezco seguir siendo la otra?

Es deber de toda mujer valiente responder a esas preguntas, pero se es mucho más valiente, cuando nos respondemos sinceramente de nosotras mismas, todos los días tenemos la oportunidad de empezar de nuevo, no te dejes vencer por la tentación.

Recuerda que por lo general, el hombre siempre hará uso de sus artimañas para conseguir lo que quiere. Piensa que lo más importante no está en el error cometido, sino en lo que harás para rectificarlo, ¡Piénsalo!

Con respeto y cariño:
Amanecer cautiva del amor.
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lunes, 11 de octubre de 2010

Descubre 10 atributos en la mujer que pueden serle especialmente atractivos a los hombres…


Más allá de los tópicos, los hombres no sólo se fijan en el físico, también hay cualidades de nuestra personalidad que pueden resultarles atractivos. Son cosas que cualquier mujer puede tener independientemente de su físico.

Descubre 10 atributos en la mujer que pueden serle especialmente atractivos a los hombres…

1. Humor

Prácticamente no hay hombre al que no le resulte atractivo el sentido de humor en una mujer. Después de lo físico suele ser una de las primeras cosas que notan y valoran. Está muy bien que seamos mujeres serias y profesionales, pero necesitamos tener un poco de sentido de humor. Saber reírnos y tomarnos las cosas con alegría nos queda muy bien y hace más atractivas para los hombres. La vida es bella, disfrútala, se feliz y permítete reflejar esa alegría en público.

2. Inteligencia

Una mujer inteligente es una mujer atractiva, al menos para muchos hombres, pues no todos los hombres se sienten atraídos por la “tontita del turno”. Una mujer con la que sólo pueden hablar acerca de lo bien que les queda su último peinado o de la última película de Crepúsculo (por poner unos ejemplos) deja mucho que desear. Las tontas sólo tienen la atracción sexual itinerante, pues suponen que las tontitas son, con perdón, fáciles de usar y tirar. En cambio, resulta atractivo para los hombres poder entablar conversaciones inteligentes y desafiantes con una mujer. Es algo que encontrarán atractivo a la hora de considerarte como mujer con la que pudieran entablar relaciones serias. Así que, aunque hacernos las huecas apela a su instinto de atracción “porque pueden conseguirnos fácilmente”, mucho más atractivo es demostrarles que no somos tan huecas, que somos mujeres inteligentes con las que se puede hablar.

3. Flexibilidad

Puede que algún hombre se sienta atraído por una mujer que tiene suficiente flexibilidad como para hacer volteretas en el aire, pero más atractivo es que sea una mujer flexible a las ideas, comentarios y sugerencias de los demás, sin necesidad de ser tan cabezonas, tozudas y obstinadas como en ocasiones podemos llegar a ser. Debemos ser mujeres seguras en nosotras mismas, pero con capacidad para saber retroceder y en ocasiones incluso sacrificar algo por el bien común. Los hombres encuentran mucha más placentera y con posibilidad de ser estable la relación con una mujer que es capaz de ser flexible por el bien común de vez en cuando. Es bueno aferrarnos a nuestros principios y a las cosas que nos son importantes, pero sepamos soltar de vez en cuando, después de todo, es algo que también valoramos en ellos.

4. Generosidad

Muy relacionado con la capacidad de dar de si de vez en cuando, también está la generosidad, que curiosamente según un reciente estudio del 2010 publicado en el “British Journal of Psychology”, los hombres sorprendentemente calificaron a la generosidad y el altruismo como las características más atractivas en la mujer. Pero no debiera extrañar, porque una mujer generosa y altruista es claramente capaz de mirar más allá de ella misma y ver las necesidades de los demás, y si es así.. ¿a qué hombre no le resultaría atractivo una mujer así?
5. Buena autoestima

Los hombres se sienten atraídos por las mujeres a las que se les nota que se sienten a gusto consigo mismas.
Por lo general, los hombres prefieren a mujeres que no se sienten como basura, que se comportan como si pensaran que lo son, y no tienen confianza en si mismas. Eso sí, la buena autoestima no significa ser unas creídas pues eso no gustará, rara vez sentirán una atracción estable por una mujer que se cree lo mejor que le pudo pasar jamás a la vida del hombre con el que está. Confía en ti misma, eres mujer y por lo tanto tienes todo lo necesario para resultar atractiva a un hombre, no eres cualquier cosa, tú vales mucho.

6. Dinamismo

El dinamismo, impulsividad, energía, empuje y pasión en una mujer es algo realmente atractivo para la mayoría de los hombres. Por lo general suele ser un buen indicador de la buena autoestima, y es que resulta atractiva la mujer dinámica e impulsiva, la que tiene energía para nuevos y grandes retos. Si has puesto tus ojos en algo lucha por ello, lucha por lograrlo, eso no sólo te ayuda a ti como persona sino que también te hace más atractiva todavía.

7. Autenticidad

Pueden haber excepciones, pero lo más seguro es que si pareces una mujer falsa y poco íntegra resultarás poco atractiva para los hombres, al menos a los hombres íntegros y que más merecen la pena. Si por ejemplo no te gusta ir a bailar los sábados noche, no vayas; si no te gusta un equipo de fútbol, no digas que te gusta; si no te cae bien una amiga no digas que te gusta. Se tu misma, no intentes ser otra, no intentes ser como piensas que gustarías, confía en ti, actúa con integridad, honestidad y autenticidad. Eso es bueno para el alma y además te hace más valiosa a los ojos de los demás.

8. Espontaneidad

Muchos hombres se acaban agobiando cuando todo parece estar planeado, cuando nada se puede salir de los planes… De vez en cuando permítete un poco de espontaneidad, relájate y suéltalo todo, se espontánea y dale una buena sorpresa. Las cosas que se hacen de forma espontánea tienen una enorme capacidad de resultar doblemente románticas, así que no dudes en soltarte la melena de vez en cuando.

9. Instinto maternal

El instinto maternal no es necesariamente sólo el de procrear y la crianza de hijos, hay cualidades dentro de este instinto que cualquier mujer puede tener más allá de que algún día pueda, quiera o no tener hijos. Es especialmente atractivo y valorado el instinto de la mujer por cuidar, consolar, mimar, ayudar y apoyar. A los hombres les gusta que se les de cuidado, como por ejemplo cuando llegando del trabajo le notas que viene con un pequeño resfriado y le permites tirarse al sofá, le pones una mantita encima, le das unos besitos y le dices que descanse mientras le preparas una sopita caliente. En momentos así eres muy bien valorada por él y muy posiblemente te lo haga saber.

10. Ternura

La ternura en la mujer es una cualidad prácticamente indispensable en los ojos de prácticamente cualquier hombre. Esto no quiere decir que tengas que estar blandita y tierna en todo momento, pero sí que al menos en la intimidad puedas limar asperezas y mostrarte tierna con él. La ternura es una cualidad especialmente femenina, y eso les gusta mucho a los hombres, les gusta ver que eres sensible, que tienes corazón, sentimientos y más todavía si es para con ellos.



Estas 10 cualidades de la personalidad están al alcance de cualquier mujer, y lo mejor es que no sólo nos hacen más atractivas sino que también son cosas que nos hacen más valiosas como mujer. Son cosas que también nos sirven a nosotras mismas, para el bien de nuestro alma, nuestra mente y nuestro corazón.

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